Los indicadores de actividad confirman que la economía se está frenando

La construcción, la industria y las exportaciones ya registran retracciones que impactarán en el PBI.

Esta semana el Gobierno enfrentará varios indicadores negativos que permiten ver que el freno de la economía ya se empieza a sentir.

Este miércoles el INDEC dará a conocer el dato de la balanza comercial de enero, mientras que el jueves se difundirá el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de diciembre.

“Esta semana el INDEC difundirá el dato de actividad de diciembre, que daría una caída del 1,5% por la mala performance de construcción, industria y ventas minoristas”, estiman desde la consultora LCG.

Y también se anunciará el resultado de la balanza comercial de enero, con una baja de las exportaciones cercana al 10% por efecto de la sequía.

La sequía tiene todos los números para convertirse en el chivo expiatorio de un año que pinta mal. Es fiera en serio y encima se le sumaron heladas en los últimos días. Los efectos de la sequía se van a hacer sentir en el nivel de actividad, en el flujo de dólares y en la recaudación. Viene un año con alta inflación y bajo nivel de actividad”, sostiene el economista Andrés Borenstein.

Los datos dan la pauta de que la actividad económica fue mala en el final del 2022. “El PBI de diciembre mostrará el cuatro mes consecutivo de caída de la actividad”, anticipa Borenstein.

Aquel mes, la industria se contrajo un 1,2% contra noviembre, mientras que la construcción cayó un 3,5%. Los últimos datos oficiales mostraron en diciembre bajas interanuales del 2,7% y del 10,6%. A esto se suma que los datos de CAME reflejaron una contracción del 0,8% en las ventas minoristas.

Esperamos que el indicador de actividad para el mes de diciembre marque una contracción en torno al 1,3% mensual sin estacionalidad, lo cual implicaría un crecimiento del 1,6% anual, cerrando el año con un crecimiento del 5,5% anual promedio durante 2022″, señala la consultora LCG y aclara que 3,2 puntos porcentuales del crecimiento del año pasado corresponden al arrastre estadístico del 2021.

Del lado del comercio exterior las noticias tampoco son alentadoras. “En este caso, esperamos que las exportaciones de enero presenten un desempeño magro, relacionado con las menores ventas al exterior de cereales, principalmente trigo, por lo que se ubicarían en torno a los US$ 5.000 millones totales”, señala LCG.

Esto implicaría una caída del 9,7% anual, “lo que evidencia el primer impacto de la sequía histórica que está atravesando el país”.

Por el lado de las importaciones la consultora marca que las compras al exterior “seguirían afectadas por la baja disponibilidad de divisas y regulaciones burocráticas, por lo que esperamos que se ubiquen en torno a los US$ 5.200 millones, una baja del 1,4% a nivel interanual”.

Si estos pronósticos se cumplen, el primer mes del año terminaría con un déficit de US$ 200 millones versus un superávit de US$ 300 millones observado en enero de 2022.

Desde Orlando Ferreres y Asociados apuntan que “es posible un escenario de recesión para el segundo trimestre del año”. Se refiere a que, técnicamente, se habla de “recesión” cuando transcurren dos trimestres consecutivos de caída de la actividad.

Las estimaciones de Latin Focus, que reúne los pronósticos de 40 consultoras pronostican una contracción de la actividad de 0,1% este año, muy por debajo de la estimación oficial que prevé un alza del 2%.

A diferencia de lo que ocurrió en 2022, esta vez no habrá arrastre estadístico que juegue a favor de la expansión del PBI. Esto ocurre porque el último trimestre del año pasado fue muy débil, de modo que la expansión del PBI quedará atada únicamente a lo que ocurra a lo largo del 2023.

Con las exportaciones debilitadas por la sequía, el otro gran impulsor de la actividad que es el consumo también tendrá un desempeño limitado por la menor creación de empleo y las escasas chances de que los salarios le ganen a una inflación que rozará el 100%.

Fuente: Clarín.com

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